Cada vez es mas común encontrar más locales, transporte publico, restaurantes y comercios que permiten la entrada con perros a sus instalaciones, poco a poco es más frecuente encontrarse un par de ojos curiosos escudriñando lo que comes desde debajo de la silla de al lado dentro de un bar y no en la terraza y la verdad que es algo que me encanta y no puedo evitar que me salga una sonrisa. Aún y todo todavía no puedo evitar sorprenderme con esta práctica. Muchas veces yo misma me sorprendo y me choca ver este tipo de imágenes. Todavía me estoy acostumbrando y no creo que me cueste demasiado.
Cuando salgo con mis perros la idea de tomarme algo es siempre en una terraza, no se me ocurre la posibilidad de que pueda encontrar algún lado donde me dejen entrar dentro con mis perros. Y eso fue lo que me pasó el otro día.