Hace más de 19.000 años es la fecha en la que han datado los científicos la domesticación del perro en Europa. Un proceso largo y gradual nos llevaron a tener la relación que tenemos hoy en día con el perro.
El aprovechamiento por parte de los lobos de los desperdicios del hombre y la protección mutua hacia depredadores mayores fueron los inicios que desencadenaron el proceso de domesticación del lobo, así como el posterior uso de estos en tareas como el pastoreo y la caza. Esta relación que se estableció entre el hombre y el lobo produjo, no solo cambios en el comportamiento del lodo, sino también cambios morfológicos como el pelaje, el tamaño, los rasgos físicos, etc.
El carácter dócil que fue desarrollando el perro en su evolución fue la razón del experimento llevado a cabo por el científico Dmitry Beliáyev a finales de los 50 con los zorros plateados.
Quería comprobar si una característica determinada del comportamiento de los animales salvajes, tras domesticarles seleccionando la docilidad como objetivo, esta era hereditaria.
Para el experimento Dmitry Beliáyev compró 130 zorros plateados de una peletería, en la que ya estaban acostumbrados a estar en jaula pero no al trato con humanos, reaccionando de forma agresiva hacia ellos. Empezó a criar con estos zorros seleccionando solo los ejemplares que se mostraban más dóciles con los humanos. No eran zorros que se entrenaran o trabajara con ellos para conseguir la docilidad y trato hacia los humanos sino que se buscaba solo una selección genética.
En tan solo 10 generaciones se consiguió que los zorros reclamasen atención a los cuidadores, dejándose tocar y lamiéndolos. 35 generaciones después estos zorros son dóciles, compiten por la atención humana estando totalmente domesticados.
Pero esta selección no produjo solamente un cambio en el carácter de los zorros plateados sino que vino acompañado en unos cambios físicos también. Cambiaron el color del pelaje saliéndoles manchas blancas, el ciclo reproductivo, pelo más duro, cola enrollada y orejas caídas. Todos estos rasgos son comunes en otras especies ya domesticadas.
Evolutívamente hablando fue un proceso muy rápido ya que en solo 20 generaciones se produjeron cambios muy significativos. Además solo seleccionando la docilidad los cambios físicos vinieron acompañándola por lo que aunque solo queramos seleccionar una característica esta nunca vendrá «sola».
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